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La castaña, Castanea vulgaris, es la nuez del castaño y es un fruto seco que se come principalmente durante su temporada, el otoño y el invierno.

Información

Se consumen las castañas pilongas (secadas), confitadas, hervidas, además se incluyen en recetas de cocina como purés, ensaladas, guarniciones, aliños, recetas dulces e incluso también se elabora harina de castañas.

Las castañas son un alimento saciante.

Estos frutos secos poseen calcio, fósforo y magnesio, ambos nos ayudan a mantener nuestro sistema óseo y dientes en buenas condiciones.

Las castañas estimulan el funcionamiento de nuestro sistema nervioso.

Las personas con diabetes pueden beneficiarse del consumo de las castañas, ya que, los carbohidratos que posee son de absorción lenta y no producen picos de insulina en la sangre.

Las castañas tienen todos los aminoácidos esenciales.

La harina de castaña nos puede servir para sustituir otro tipo de harinas con gluten, siendo una opción muy saludable para celiacos y personas con sensibilidad al gluten.

Como buenos frutos secos, las castañas tienen grasas muy saludables y nos aportan ácidos grasos omega 6 y omega 3 en buena proporción. Y como cualquier otro alimento de origen vegetal, no tiene colesterol.

Las castañas tienen una excelente cantidad de fibra que va a contribuir de manera muy positiva en diferentes puntos de nuestro organismo.

Las personas con hipertensión arterial ya saben que tienen restricciones a la hora de consumir ciertos alimentos. En el caso de las castañas se pueden consumir perfectamente debido a su bajo contenido en sodio y alto contenido en potasio. De hecho, son también beneficiosas para las personas que tienden a retener líquidos por su efecto diurético.

Para prevenir o mejorar los casos de anemia ferropénica y de cansancio y fatiga, las castañas son nuestras aliadas. Al ser un alimento con un buen aporte de hierro, combinado con alguna fruta (para aportar vitamina C), nos ayuda en los casos de anemia y fatiga.

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